La leyenda del misterioso mensajero de Móstoles que comunicó el levantamiento contra los franceses

Juan García Atienza, en su obra Leyendas históricas de España y América, comentaba que las leyendas, aunque tomen como base un suceso histórico o personaje real, «transformaban la realidad según la visión de aquel pueblo, incorporándolas al acervo de la cultura tradicional». Esta postura fantasiosa entraría en conflicto con esa objetividad tan reclamada por la Historiografía.

Por tanto, la base de las leyendas se encuentra en la urgencia por encontrar una explicación a todo aquello que ignoramos de la realidad. Para sustituir esos puntos ignorados, al pueblo y al cronista de turno no le queda más remedio que recurrir a la imaginación y a la fantasía.

Esta situación queda muy bien mostrada en la leyenda del misterioso mensajero de Móstoles que dio a conocer Roso de Luna  con una anotación que acompañaba su transcripción de la declaración de guerra de los alcaldes de Móstoles a los franceses.  La transcripción se encontraba en el Archivo Municipal de Logrosán (Cáceres), pero desapareció tras un incendio. Lo que mencionaba Roso de Luna ha llegado a nuestros días gracias a los artículos escritos por José Nogales en 1908 para el diario El Liberal. 

 

La leyenda del misterioso mensajero de Móstoles

Después del levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid por la invasión de las tropas napoleónicas, los alcaldes de Móstoles declararon formalmente la guerra a los franceses. Cuenta la leyenda que nada más realizarse esta declaración, un misterioso mensajero del que nunca se supo la identidad salió de Móstoles camino a Extremadura para contar lo sucedido en Madrid.

El caballo del mensajero iba a una velocidad sobrenatural y, según la leyenda, cruzó el puerto de Miravete a una celeridad pasmosa. A pesar de ir parando por los pueblos que se encontraba en su trayecto, en menos de 40 horas repartió el correo proveniente del pueblo madrileño por todo Extremadura.

La noticia difundida por el misterioso mensajero de Móstoles pasó de boca a boca, permitió que toda España conociera el levantamiento madrileño contra los franceses, e inició la Guerra de la Independencia mucho antes de lo que se esperaba.

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Madrileños peleando contra franceses en la Puerta del Sol

Los artículos de ‘El Liberal’ sobre el misterioso mensajero de Móstoles

José Nogales, en sus artículos para el diario El Liberal en 1908, relata que conoce la historia gracias al intelectual Roso de Luna. Dice del enigmático mensajero de Móstoles que se trataba de un fraile franciscano, postillón del pueblo madrileño, y su destino era Logrosán (Cáceres). Además va más allá y comenta que este personaje llegó a la localidad extremeña el día 4 de mayo a las 6 de la mañana, llamándole la atención su gran celeridad, pues cita que antes de llegar a Logrosán pasó por Mérida, Almendralejo, Fuente del Maestre, Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros, Higuera la Real o Cumbres de San Bartolomé (desde este último pueblo trasladaría la noticia a toda la sierra de Aracena).

Finaliza José Nogales argumentando que el mensajero franciscano se dirigió a esta zona de Extremadura porque en ella se encontraban gobernadores militares como el marqués del Socorro o el conde de Torre del Fresno. Ambos participaron en la proclama del 5 de mayo que se hizo en Badajoz para que el pueblo de España se alzara contra las tropas de Napoleón, trasladando a todo el país lo sucedido en Madrid.

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‘La carga de los mamelucos’, obra de Goya

 

Explicaciones a la leyenda del mensajero enigmático de Móstoles

La Historiografía atribuye la difusión del mensaje de los alcaldes mostoleños a Pedro Serrano, quien llevó el mensaje hasta Badajoz (y no Logrosán), cambiando de caballo en cada casa de postas que se encontraban en el trayecto. Asimismo Antonio Lorente, el que fuera alcalde de la localidad madrileña de Navalcarnero, se atribuyó él mismo como el difusor del correo, cuando la Guerra de la Independencia ya había finalizado.  Queda patente que en realidad la situación no está esclarecida.

Y ante estos interrogantes de no saber quién realizó esta proeza y cómo se extendió tan rápido por España la noticia del levantamiento del 2 de mayo, el pueblo recurre a la fantasía y a la imaginación. La incomprensión al no poder explicar la gran rapidez con la que todo el país conociera lo sucedido en Madrid, dio lugar a la creación de la leyenda de un mensajero que a velocidad «récord» iba comunicando el aviso a lo largo y ancho del territorio.

Es decir, tenemos un «hecho real» (el conocimiento rápido de los españoles del levantamiento del 2 de mayo) y un «hecho fantástico» («un personaje que recorre pueblos y ciudades como si fuera un rayo). Si se unen, conforman una leyenda histórica que sí es comprendida por el pueblo.

Este caso es simple para conocer la formación de una leyenda, clave para entender el sustento tradición que tiene una comunidad y que los une en un espacio común. Porque, como también dice Juan García Atienza, » las leyendas no nos apartan de la realidad, sino que nos aproximan más a ellas a través de otras perspectivas». Y a menudo, estas perspectivas son más auténticas que los razonamientos que utiliza la Historia oficial.

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