“¿Conoce usted todos los misterios de la vida y de la muerte? ¿Conoce usted toda la anatomía comparada para poder decir por qué las cualidades de los brutos se encuentran en algunos hombres, y en otros no? ¿Puede usted decirme por qué, si todas las arañas se mueren pequeñas y rápidamente, por qué esa gran araña vivió durante siglos en la torre de una vieja iglesia española, y creció, hasta que al descender se podía beber el aceite de todas las lámparas de la iglesia?”.
La anterior disertación es un extracto de Drácula, la obra clave de Bram Stoker y una de las novelas más famosas de la literatura de terror. A través estas palabras, el doctor Van Helsing intenta convencer a su amigo y compañero John Seward de que en la Tierra habitan fuerzas sobrenaturales que superan toda lógica, en este caso, de la existencia de los “muertos vivos” (la figura del vampiro).
Bram Stoker no duda en poner en boca de Van Helsing un extraño caso que habría sucedido en España. Se habla de una misteriosa araña de gran tamaño que habría habitado durante siglos en el campanario de una iglesia española, cuyo nombre se desconoce, y que se alimentaba de las lámparas de aceite.
Las arañas y los efectos de sus picaduras siempre dieron lugar a las más curiosas leyendas en el país, por lo que no deja de ser una historia más relacionada con el miedo atávico que produce este animal desde los albores de la Humanidad. Sin embargo, llama la atención que nadie se haya percatado de esta curiosa mención hecha en Drácula sobre un misterio que tenía como escenario España.
¿Estuvo Bram Stoker en España para conocer esta historia?
Bram Stoker es considerado como uno de los grandes autores de terror gracias a Drácula. Aun así, sus primeros pasos los dio en el teatro, primero como un excelente crítico y después como un dramaturgo de nivel medio. Su amistad con Henry Irving hizo que Stoker se convirtiera en su mánager dentro del Lyceum Theatre de Londres.
Hay que tener en cuenta que Irving era uno de los personajes más famosos dentro del mundo del teatro en aquella época. Esta fama internacional provocó que Bram Stoker acompañara a su cliente por los diferentes teatros de Europa y Estados Unidos en sus múltiples giras.

Stoker pudo conocer la historia de la araña gigante de una iglesia española en alguno de sus viajes por Europa. Y si no fue como fuente primaria, pudo haberla escuchado a través de Irving. De hecho, el autor de Drácula jamás pisó Transilvania ni Budapest y, sin embargo, describe a la perfección estos lugares. Lo mismo ocurre con Münich, que está perfectamente reflejada en El invitado de Drácula.
No existen documentos que demuestren que Bram Stoker visitara alguna vez España, aunque su trabajo como mánager bien podría haber hecho que este recalara en este país. Por tanto, pudo conocer de primera mano la leyenda de la araña gigante, o gracias a Henry Irving y sus giras europeas como figura teatral de éxito mundial. Aunque todo puede ser más sencillo aún.
¿Hubo realmente una araña gigante viviendo en una iglesia española?
Es más probable que Bram Stoker tuviera acceso al asunto de la araña gigante española gracias a la lectura de la revista The Athenaeum, un magazine literario que se publicaba en Londres entre 1807 y 1921. Y puede quedar patente al analizar la veracidad del asunto.

En realidad, no existe prueba o dato alguno que hable sobre una araña descomunal viviendo durante siglos en un campanario de una iglesia española, y mucho menos que se alimentara del aceite de las lámparas del templo. Eso sí, hay casos reportados de la misma índole en diferentes puntos de Europa.
En el número 88 de la revista The Athenaeum, publicado en 1821, se habla de dos sucesos que pudieron inspirar a Bram Stoker. El primero ocurrió en la iglesia de San Eustaquio de París sin aportar fecha; la revista recoge el testimonio del vigilante de la iglesia parisina, donde asegura que el aceite de las lámparas desaparecía cada noche en extrañas circunstancias. Una noche decidió vigilar únicamente las lámparas de la iglesia de San Eustaquio y vio cómo una araña enorme descendía por una cadena desde el campanario y se bebía todo el aceite de estas.

El segundo caso reportado es aún más detallado. Relata que en 1751 una gran araña fue avistada en la catedral de Milán, cuyo alimento era de nuevo el aceite de las lámparas del templo. Su peso de 4 libras (casi 2 kilos) llamó la atención del emperador de Austria, que hizo trasladar a la araña a su gabinete de maravillas.
Este tipo de artículos como el de The Athenaeum eran muy comunes en el siglo XIX. Se creaban narraciones de ficción que parecían reales al redactarse de forma periodística. A pesar de lo fantástico del relato, en el siglo XVIII el aceite de las lámparas no era de petróleo y sí de grasa animal. Es plausible que las arañas pudieran alimentarse de esta grasa, ya que realmente no se alimentan de otros insectos como tal, sino que absorben los tejidos de sus víctimas.

Los sucesos documentados ocurrieron en Francia e Italia, pero no en España. Teniendo en cuenta que el número de la revista se publicó 76 años antes de que Drácula viera la luz, es de suponer que Stoker pudo leerla durante su estancia en Londres y quedarse prendado de lo contado en ella. El escritor pudo haberse olvidado con el tiempo de las localizaciones reales de las historias de arañas gigantes, o simplemente fue un error puesto adrede en boca del doctor Van Helsing.
Fuera como fuese, está claro que Bram Stoker se inspiró en estos artículos literarios para dar forma a un Van Helsing que se ha convertido en el arquetipo del cazavampiros por antonomasia. Además, no deja ser curioso que uno de los grandes libros de terror como Drácula ponga sus ojos en la riqueza legendaria que posee España.
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